miércoles, 2 de mayo de 2012

Creatividad, innovación y coaching


Estamos en crisis y gobiernos y empresas andan repitiendo que hemos de ser creativos, buscar nuevas soluciones, desarrollar el pensamiento paralelo, estratégico…Las consultoras de formación y desarrollo andan por otra parte ofreciendo programas para incentivar la innovación, la creatividad…sin duda muchas de ellas con buenos planteamientos que logran tener cierta efectividad.

Me pregunto por la sostenibilidad de esos aprendizajes. Es decir hasta qué punto, las políticas de empresa y los programas que contratan abordan esta cuestión, esta necesidad de aprender a buscar respuestas fuera del orden históricamente establecido, de forma que verdaderamente cale en los individuos y la sociedad.

Creo que la cuestión va mucho más allá de que a la gente “se le ocurran ideas”, la cuestión para mi está en qué hacer con esas ideas, ¿qué sucede con las ideas “alternativas” que se nos ocurren?

Si a ustedes les planteasen la siguiente cuestión ¿Cómo responderían?
Esta es una tarea que mi hijo Manuel de 6 años trajo hace unos días a casa, y así fue como respondió.
Cuando me enseñó el cuaderno para que se lo corrigiese, le pedí que me explicase lo que había hecho, y esto es lo que me explicó.
Felicité a Manuel y le dije que lo había hecho muy bien. Unos días más tarde el cuaderno regresó a casa, la profesora había corregido las tareas y esta en concreto la había calificado como “incorrecta”. A riesgo de resultar pedante, prepotente…completé la tarea con las flechas que Manuel no había dibujado y añadí una nota en el cuaderno diciendo que el ejercicio era correcto. Como dicen los ingleses “I could not help it!” (¡No lo pude evitar!)

De uno a diez, ¿cuánto creen que este tipo de escena se da en el entorno empresarial?, ¿cuántas veces los directivos que evalúan ideas se encuentran con algo que no entienden, algo que es necesario completar y se “olvidan” de preguntar por el razonamiento que hay detrás y de aportar su granito de creatividad?

Muchas empresas están invirtiendo en programas de formación y coaching para mandos intermedios con el objetivo de que estos sean creativos, que innoven…y a veces es difícil convencerles de que los supervisores de estos equipos que ocupan puestos de alta dirección también necesitan “reciclarse” que si ellos no “cambian su mirada” no es posible que las nuevas ideas sobrevivan.

No sé cuantas personas siguen este blog, sean las que sean, quisiera pedirles que si tienen alguna historia cotidiana como esta con sus hijos me la cuenten, creo que contar historias como esta a personas responsables de liderar equipos de es una buena manera de comenzar un taller sobre creatividad, innovación y pensamiento paralelo 

¿No les parece?

sábado, 21 de abril de 2012

Los Tesoros de Mateo: Desarrollo de personas


Quería escribir algo sobre cómo organizaciones y líderes efectivos contribuyen al desarrollo social e individual y se me ocurrían demasiados temas a integrar motivación, actitud, diversidad, gestión del talento…El pensamiento lateral me funcionó espontáneamente y este pequeño relato brotó de mis recuerdos. Está basado en una experiencia real con mi hijo Mateo, lo escribí en 2007 entonces él tenía 4 años. En la foto que elegido aparecen mis hijos Mateo (3 años)  y Manuel (9 meses). Que disfruten y saquen sus propias conclusiones.

La caja de Mateo está llena, de tesoros sin igual.

Un osito de peluche desgastado y medio tuerto,
Un superhéroe de plástico con un brazo de menos,
Una baraja de cartas con dibujos de Peter Pan,
Cuatro lápices de colores con las puntas sin afilar,
Una linterna sin pilas,
Un puñal de cartón recortado y sin pintar,
 Y varias pelotas de goma desgastadas de tanto botar.

Un día Mateo se llevó la caja a la plaza para jugar,
Y un niño curioso se acerco a mirar,
Puso mala cara y dijo: ¿No tienes ahí dentro nada más?
Estos juguetes no valen, están para tirar.

Mateo muy acongojado se fue a hablar con su Mamá,
Mami no me tires los juguetes que a mi me valen igual.
El osito ha estado conmigo desde antes que empezara a andar,
El superhéroe no tiene brazo aunque con sus poderes puede triunfar,
La baraja esta mordisqueada pero ordenando sus palos aprendo a contar,
Los lápices que ahora no pintan siempre se pueden afilar,
La linterna funciona y la necesito para explorar,
El puñal me lo hiciste tú y no lo quiero tirar,
Las pelotas todas botan ¿Es que hace falta más?

No te preocupes cariño le dijo su Mamá,
Los juguetes nunca se gastan solo hay que saberlos usar,
Y mientras a ti te valgan nada vamos a tirar.

La caja de Mateo está llena de tesoros sin igual.
Y el mejor tesoro es mirarle a los ojos,
Y ver la caja destapar y tapar.


jueves, 5 de abril de 2012

¿Qué me esta pasando?...Lecturas recomendadas

Cuando entré en la pubertad mi madre me dio un libro, el libro se titulaba ¿Qué me esta pasando? “lee las páginas que he marcado” algo así me dijo. Las páginas marcadas correspondían a los cambios que atraviesan las chicas, recuerdo que yo me las leí todas aunque con cierto cargo de conciencia por saltarme sus indicaciones y creo que tras leer el libro no le hice ninguna pregunta.

Hoy me pregunto ¿Por qué no leímos juntas el libro?, pienso que el libro me sirvió para saber lo que nos pasaba a todos los adolescentes aunque no tanto para saber lo que me pasaba a mí, esto en realidad no estaba en el libro. Podría pensar que esta anécdota es muestra de un caso patológico familiar, aunque algo me dice que en nuestra sociedad es bastante frecuente que abordar la pregunta ¿qué me esta pasando? represente un tabú.

En nuestras vidas como adultos se siguen produciendo cambios no solo biológicos sino también sucesos que provocan emociones, reacciones que no siempre comprendemos, y nos dejan la sensación de que escapan a nuestro control. Es como si hubiésemos tomado una pócima que nos convirtiese en el Doctor Jeckyll y Mr Hyde. Hacemos y decimos cosas que no queremos, esto normalmente no nos gusta ni nos hace sentir bien y muchas veces caemos en la trampa de “leernos un libro con las páginas marcadas”, queremos disipar dudas, identificar justificaciones y certezas, y ello nos dificulta que reflexionemos acerca de nosotros mismos y de cómo estamos afrontando esos cambios.

Recientemente he leído tres libros que me han parecido útiles para abordar la cuestión ¿qué me esta pasando? Desde distintas perspectivas como puedan ser las motivaciones (Motivación inteligente), nuestra forma de observar el mundo (Ontología del Lenguaje) y las dificultades de aprendizaje de niños y adolescentes (La experiencia de aprender), sus autores nos abren puertas o proporcionan herramientas para aquellos que quieran mejorar en la comprensión de si mismos o de aquellos que les rodean.


La pregunta enunciada me sigue interesando, así que se aceptan recomendaciones para nuevas lecturas y les dejo con una breve reseña de cada uno de estos libros. Buen provecho.


Motivación inteligente – Beatriz Valderrama
Las razones que llevan a dar lo mejor de uno mismo son diferentes en cada persona. Beatriz Valderrama nos cuenta qué la impulsó escribir Motivación inteligente y a desarrollar el trabajo de estudio e investigación que de forma amena nos expone en su libro:

“…Si hacemos un recorrido por el capítulo de Motivación de los manuales de Psicología más habituales nos encontramos con que el modelo científico más reciente es el de Atkinson (1954) y McClelland (1962) que recogen las necesidades o motivos de afiliación, logro y poder… ¿Qué ocurre con el resto de causas de la conducta humana? … ¿Por qué, por ejemplo la necesidad de independencia vital, la búsqueda de justicia o el disfrute del placer sensorial son menos válidos como motores de nuestros actos?... Muchos actos que nos parecen positivos están inspirados por motivos que no compartimos… “

En su libro, Valderrama descubre o redescubre motivaciones que formaliza en un modelo compuesto por diez motores vitales. Más allá de ampliar el espectro de motivaciones hasta ahora manejado, introduce en su modelo de forma coherente y acertada el concepto de polaridad. Su modelo se compone de cinco motores contrapuestos a otros cinco. Nos proporciona además una herramienta sencilla de auto diagnóstico para identificar nuestros motores personales y nos describe emociones, sustancias fisiológicas, funciones evolutivas y estímulos asociados a cada motor.


Ontología del Lenguaje – Rafael Echevarría
Desde una novedosa concepción del ser humano como ser lingüístico, Rafael Echevarría nos muestra como el lenguaje y nuestras conversaciones determinan la realidad, nos abren y cierran posibilidades.

Echevarría nos proporciona una tipología de los actos lingüísticos que configuran nuestras conversaciones y nos muestra como nuestras afirmaciones, declaraciones y juicios nos comprometen y generan la realidad en la que nos ubicamos y desde la que actuamos. Profundiza también en el valor de la escucha como factor determinante de la comunicación y de cómo podemos intervenir en el diseño tanto de nuestro hablar como de nuestro escuchar.

Nos introduce también en el terreno de la corporalidad y las emociones, para Echevarría nos manifestamos como seres lingüísticos en nuestras conversaciones y en estas no sólo están presentes nuestro hablar y nuestro escuchar, sino también nuestra corporalidad y nuestras emociones. Todos estos elementos se relacionan entre si y nos permiten, o no, tener determinados tipos de conversaciones: de juicios, de coordinación de acciones, de posibles acciones o de posibles conversaciones.


Las propuestas de Echevarría nos permiten tomar conciencia de la importancia del lenguaje y como desde él podemos intervenir en el diseño de nuestro presente y futuro, mejorar nuestras relaciones interpersonales e incluso nuestra relación con nosotros mismos.


La experiencia de aprender – Carme Timoneda
En este libro Carme Timoneda nos habla de su experiencia con niños y adolescentes con dificultades de aprendizaje o de comportamiento y nos presenta la teoría PASS de la Inteligencia, que forma parte de su metodología para abordar estos casos.


Resulta interesante que en su exposición, y de forma muy diplomática, tira un poco por tierra el mito recientemente creado de niños hiperactivos, con déficit de atención… Nos habla de niños que así fueron etiquetados en su entorno escolar o familiar y que no sólo no respondían a ese perfil médico sino que además en muchos casos presentaban procesos cognitivos dentro de la normalidad.


Timoneda nos explica cómo el sistema de diagnostico PASS permite comprender muchos de estos casos y encontrar vías alternativas de intervención en base a sus procesos cognitivos, permitiendo nuevos aprendizajes y la reestructuración de estos procesos cognitivos mejorando rendimiento y comportamiento escolar. Timoneda señala también que este sistema permite identificar que en ocasiones el origen de los problemas de aprendizaje no está en los procesos cognitivos sino en causas emocionales que influyen en como estos procesos se configuran o estructuran, de ahí que al mostrar determinado patrón en el diagnostico PASS se pueda observar que las conductas escolares pueden deberse a estados emocionales y no a dificultades de aprendizaje.


Como madre con experiencia personal en la materia, la lectura de este libro me ha resultado no sólo ilustrativa sino esperanzadora.

martes, 31 de enero de 2012

¡Esto es la guerra!: Tecnología para combatientes en tiempos de crisis

Es posible que haya quien piense que hablar de guerra y momentos de crisis apoyándose en Groucho Marx es trivial.
A mí me parece que este genio del cine nos dice las cosas muy claras en Sopa de Ganso.



Tendemos a  asignar responsabilidades y culpas para explicar el  origen de los problemas y las situaciones comprometidas o críticas, y sobre todo para justificar nuestras posturas. La realidad es que, frecuentemente, es difícil determinar en toda su extensión las causas que llevan a determinada situación.

Los problemas “vienen solos”,  las personas declaramos la guerra.
Con la que está cayendo no es de extrañar que un Director de Producción describa el escenario en el que su Equipo ha de desempeñarse como un escenario de Guerra. Y, desde luego, no es momento de quitar hierro al asunto porque la situación que afrontan muchas organizaciones requiere en estos momentos de buenos guerreros, oficiales y suboficiales.
Lo que pasa es que hace mucho que no estábamos en guerra, al menos no en una de esta escala, y nuestra tecnología de combate se ha quedado obsoleta.
Nuevamente habrá quien se eche las manos a la cabeza al verme hablar de tecnología de combate, pero sinceramente, son muchas las vidas que el género humano ha sacrificado en los avatares de la guerra y creo que es un desperdicio no aprovechar el aprendizaje que esa trágica experiencia nos brinda, sobre todo cuando lo podemos extrapolar a entornos donde la “guerra” no implica un verdadero derramamiento de sangre.

La vieja tecnología de la guerra
Se denomina guerra de trincheras a aquella en la cual se mantienen líneas estáticas de fortificaciones cavadas en el suelo y enfrentadas.
La guerra de trincheras surgió a partir de una revolución en las armas de fuego y a un incremento en su poder, sin que hubiese al mismo tiempo un aumento en la movilidad y en las comunicaciones.
Su punto máximo de brutalidad y mortalidad se alcanzó en la Primera Guerra Mundial. El ejemplo más citado de guerra de trincheras posterior a la Primera Guerra Mundial es la Guerra Irán-Iraq (1980-1988) resultado fue muy parecido, el conflicto finalizó sin un claro vencedor y perecieron cientos de miles de soldados.
La mayor dificultad a la que se enfrentaba una fuerza de ataque en una batalla de trincheras eran las comunicaciones.
Los métodos existentes eran el teléfono, el telégrafo óptico, las lámparas de señalización, las palomas mensajeras y los corredores. El teléfono era el más efectivo, pero las líneas eran extremadamente vulnerables a los bombardeos. Como solución, las líneas de teléfono se montaban en una figura en escalera, de forma que tuviesen muchos caminos redundantes.
No era inusual que un comandante de batallón o de brigada tuviese que esperar dos o tres horas para conocer algo del proceso de un ataque, y para entonces cualquier decisión basada en el mensaje estaría probablemente ya desfasada.
También pasaría un período similar para transmitir las noticias a una división y al centro de mando. Consecuentemente, el resultado de muchas batallas de trincheras era determinado por los propios combatientes, con las decisiones que tomaban en el mismo momento de la lucha.

La evolución tecnológica
A través de la Primera Guerra Mundial, las potencias en conflicto fueron buscando alguna vía para romper el punto muerto en el que se encontraban en la guerra de trincheras, comenzando con los franceses y los alemanes, si bien los británicos también contribuyeron al aprendizaje colectivo.

Los alemanes idearon las tropas de asalto que implicaban sacar a unidades de la línea de combate y entrenarlas para que estos hombres se lanzaran al ataque en pequeños grupos, usando cualquier cobertura que hubiese a su disposición, y desplegando fuego de cobertura para otros grupos de la misma unidad a medida que avanzaban. Las nuevas tácticas debían dejar de lado los puntos fuertes y atacar los puntos más débiles de la línea enemiga.

Adicionalmente, se dieron cuenta de la inutilidad de crear un gran y detallado plan de operaciones desde la distancia, optando en su lugar por emplazar a oficiales jóvenes en el lugar para que ejercitasen su iniciativa.

Los británicos se dieron cuenta de la necesidad de introducir unidades como el pelotón o la sección, y el énfasis se trasladó desde la compañía (150-200 hombres) como unidad básica de maniobra al pelotón de aproximadamente unos diez hombres.

Asimismo se desarrolló el carro de combate como forma de moverse por terrenos arrasados por el fuego enemigo, y lo que se conoció como tácticas de fuerzas combinadas, incorporando la cooperación entre infantería, artillería, ametralladoras, carros armados y carros de combate.

Entre las dos guerras mundiales, estas técnicas sirvieron para que J.F.C. Fuller y B.H. Liddell Hart desarrollaran teorías sobre un nuevo tipo de guerra.

El aprendizaje en términos de Equipos y Organizaciones

Muchas organizaciones se encuentran hoy con que se han quedado ancladas en la tecnología de las trincheras. Con individuos, equipos… en posiciones estáticas, firmemente cavadas en la tierra, sostenidas por un histórico de conflictos e intereses mal gestionados.

En la trinchera, hoy igual que en la Primera Guerra mundial, la mayor dificultad son las deficiencias en la comunicación y la falta de movilidad. La diferencia es que hoy sí disponemos de herramientas organizativas y tecnológicas que pueden ayudarnos a resolver estas dificultades. La breve investigación a cerca de la historia de las trincheras que acabo de exponer me lleva a las siguientes reflexiones acerca de la gestión de equipos:
  • Para desarrollar una nueva tecnología, nuevas formas de afrontar las situaciones, es necesario el aprendizaje colectivo aunque se pueda dar la circunstancia de que no todos contribuyan en la misma medida.
  • Las nuevas tácticas han de contemplar cambios que no se centren tanto en defender nuestros propios puntos y posiciones fuertes y se enfoquen más en visualizar bien al enemigo y atacar sus puntos débiles combinando las fuerzas que estén a nuestro alcance.
  • Un plan de operaciones detallado gestionado desde la distancia no resultará efectivo sino se apoya en otros elementos y herramientas de equipo.
  • Una buena “arquitectura de comunicación” facilita que las decisiones se tomen con la intervención de todos los interlocutores relevantes, hay decisiones que para ser buenas no deben residir sólo en aquellos que tienen capacidad de actuación inmediata.
  • Para moverse por terrenos arrasados se necesitan vehículos especiales que nos permitan avanzar rápido y con cierta protección.
  • El margen de maniobra se obtiene con unidades pequeñas bien alineadas hacia un objetivo común.

Para terminar con la misma “trivialidad” con que empecé les dejo con “by the way” y uno de mis grupos musicales favoritos (Red Hot Chili Peppers) una pieza con algo de guerra y algo de paz, al menos en términos de ritmo. Buen provecho.